
Te despertaste con todo el cuerpo dolorido y un sabor feo y dulzón en la boca.
Notaste que tus ojos tardaban en acostumbrarse al gris oscuro que todo lo rodeaba y cuando al fin lo hicieron viste que no todo era gris… también vislumbraste alguna gama de verdes, marrones y azules, todos los colores entremezclados y te diste cuenta que podías respirar cuando de manera penetrante entró por tus pulmones ese olor nauseabundo mezcla de carne podrida, cucarachas, mierda, meada.
Con mucho dolor alcanzaste a girar el cuello y sentiste una puntada fuerte en la espalda. Hacía mucho frío. Sabías que algo malo te había pasado porque el dolor te doblaba. Hiciste fuerza para volver y viste que un hilito de aire entraba por ese mini agujero que daba a lo que te pareció la puerta de un camarote de un barco viejo. Atinaste a pararte pero solo te alcanzó para arrodillarte. Literalmente te mordiste los labios y sentiste que algo húmedo y tibio te corría por el cuello. Algo te quemaba y dolía pero necesitabas ponerte de pie y llegar a ese hilito de aire para seguir el viaje. Necesitabas respirar.
No sabes qué tiempo pasó pero en tu cabeza empiezan a golpearse imágenes, secuencias, fragmentos de lo sucedido. Escuchas que gritan y después sentís dolor. Fuerte. Sorpresa. Golpe. Recordás que ese golpe reproduce el mismo ruido que hace una sandía cuando explota al caerse del carro de un changarín en el mercado central y empezás a sentir un dolor fuerte en la cabeza.
También te duelen todos los huesos, ves que tu cuerpo va cayendo al piso y querés detener la caída pero no podés. Golpeás contra el piso y sentís que algo grande, un monstruo oscuro de varios brazos como una araña negra gigante, te arrastra de los pies. Eso es lo último.
Más gritos. Siempre gritos. Te terminás de despertar. Alguien se queja y otros se ríen a carcajadas. Estás congelado. Te das cuenta de todo. Ya no se puede hacer nada. Sentís que la sed quema. Te sentaste en el piso frío y asqueroso de mugre y después terminaste de cara tirado, en posición de feto.
Habían pasado 16 hs de viaje. Estabas desnudo en un buzón. Te habían sacado bestialmente por la fuerza, después de romperte la cabeza, la cara y patearte todo el cuerpo.
Te llevaron a 1700km esposado de pies y manos, sin escala para ir al baño.
No sabes cuándo fue. Sabes que pasó. Y también sabes que estás en Rawson.
El SPF utiliza como método de tortura los traslados compulsivo/sorpresivos. Este es un método selectivo de eliminación que se aplica sobre aquellas personas a las que el sistema considera peligrosas.
Walter Melián
LTF. Abolicionismo de la cultura represiva
Fotografía original: Adriano Villegas
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